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¿Las relaciones sexuales entre adolescentes son conductas aceptables?

Actualizado: 22 abr 2022


La adolescencia es una etapa en la vida humana donde se presentan diversas oportunidades para llevar a cabo experiencias por primera vez, entre ellas una que puede ser común son las relaciones sexuales.

Los cambios fisiológicos son los más evidentes en este periodo tanto en hombres como en mujeres, los cuales van acompañados de cambios en otros aspectos de su vida como: la modificación en sus relaciones interpersonales con el mismo y con el sexo opuesto; cambios hormonales y de humor muy marcados; se encuentran en búsqueda de su independencia y de una identidad propia; pueden presentar dudas o definirse acerca de su identidad y preferencia sexual.

Además, comienzan a conocer y explorar los efectos placenteros y gratificantes de la autoestimulación genital, así como de los juegos sexuales simulados o simbólicos, que se podrían incrementar al tener un mayor interés y acceso a películas, revistas y páginas web que presentan estos contenidos. La posibilidad de llevar a la práctica con otro individuo las conductas sexuales presentadas en estos medios, es una idea latente y persistente en la mente de los jóvenes que aunque puede estar acompañada con miedo y dudas, también es deseable por ellos. Pero entonces me surge la duda ¿qué tan frecuentemente llevan estos actos a la realidad?

Investigando encontré que de acuerdo con datos de la tercera Encuesta sobre Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas de Educación Media Superior, publicada en México por la SEMS en 2014, el 40% de los hombres encuestados declararon haber tenido ya relaciones sexuales, entre ellos el 25,2% reportó haber tenido su primera relación sexual entre los 12 y 14 años de edad, el 21,6% a los 15 años, el 24,4% a los 16 años y el 21,6% a los 17 años. En suma, el 92.8% de los hombres que declararon ya haber tenido relaciones sexuales, lo hicieron por primera vez entre los 12 y 17 años de edad.

En el caso de las mujeres, el 29% de las encuestadas refirió ya haber tenido relaciones sexuales, entre ellas el 13,3% iniciaron su vida sexual entre los 12 y 14 años, el 23,8% a los 15 años, el 24,5% a los 16 años y la proporción más elevada en el caso de las mujeres corresponde a los 17 años con un 30,3%. En total, de las mujeres que mencionaron ya haber tenido relaciones sexuales, el 91,9% lo hicieron por primera vez entre los 12 y 17 años de edad.

En la misma encuesta el 78,3% de los alumnos indicaron haber utilizado algún tipo de anticonceptivo en su primera relación sexual, eso significa que casi un cuarto de los estudiantes no utilizaron algún método anticonceptivo o para la prevención de enfermedades de transmisión sexual. La principal razón que dieron para no usarlo fue que no habían planeado tener relaciones sexuales (60,2% de los casos).

Y aunque un alto número de ellos dicen sentirse preocupados por contraer SIDA (75%) y también mencionaron haber participado en pláticas o talleres de temas relacionados con la sexualidad (70,3%), el 33,7% mencionó que en su vida sexual no usaba nunca o sólo a veces algún método para prevenir embarazos o enfermedades.

Siguiendo la línea de las consecuencias negativas de llevar a cabo prácticas sexuales sin protección, podemos mencionar el embarazo adolescente. Con datos de la encuesta intercensal del INEGI 2015, se comparte que hay 31.9 millones de hogares en México y en el 85% de éstos, hay al menos una mujer con hijos nacidos vivos, la mayoría de las madres son esposas o compañeras del jefe del hogar, mientras que el 7,1% son sus hijas, adolescentes de 12 a 19 años, y de éstas, 81,4% ya no asisten a la escuela. Con datos de registros informativos del INEGI (2013) se observa que la principal complicación relacionada al proceso de embarazo, parto y puerperio entre las mujeres hospitalizadas de 15 a 19 años es el aborto con un 14,8%.

Estos datos convergen con los presentados por la Organización Mundial de la Salud quién reporta que 16 millones de muchachas de 15 a 19 años y 1 millón de niñas menores de 15 años dan a luz cada año, la mayoría en países de ingresos bajos y medianos. Entre ellas, cerca de 3 millones de muchachas se someten a abortos que pueden resultar peligrosos para su salud e incluso, causarles la muerte.

Ante estos datos y cifras abrumadores de la realidad y de las principales consecuencias negativas de la práctica sexual en la adolescencia, me gustaría traer a discusión la pregunta central de este reporte ¿las relaciones sexuales entre adolescentes son conductas aceptables? Pero insistiría en discutir sobre la pertinencia de preguntarnos esto, porque al parecer, las conductas sexuales en este periodo de la vida van más allá de si son aceptables o no, de si deben parar o evitarse… más bien se trata de aceptar y de comprender que es una realidad que viven nuestros jóvenes y por consecuencia preguntarnos cuál es nuestro papel como padres, profesores y profesionales de la salud ante esta realidad.

Precisamente en este sentido, en la Psicología de la Salud, uno de sus modelos de intervención va encaminado a atenuar las consecuencias del comportamiento sexual de riesgo en los jóvenes, se trata del Modelo de Reducción de Riesgos el cual parte de la idea de que las conductas sexuales sin protección son difíciles o imposibles de cambiar.

Aunque este modelo fue creado exclusivamente para la prevención del VIH por un grupo de expertos en Estados Unidad, sus principios pueden aplicarse para otro tipo de posibles consecuencias negativas de las relaciones sexuales entre adolescentes, tales como embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.

Específicamente, el objetivo del modelo es predecir y disminuir los comportamientos sexuales de riesgo que ofrezcan la posibilidad de infectarse de VIH/ Sida, y lo hace a través de tres etapas:

  1. Percibir el comportamiento como riesgoso e identificar las habilidades personales para reducir el comportamiento

  2. Tomar decisiones firmes para realizar cambios conductuales

  3. Llevar a cabo el cambio de la conducta.

Este modelo considera algunos elementos de otros modelos, tales como el de Autoeficacia y el de Creencias de Salud, en los cuales se explica que las autopercepciones, los conocimientos y el reconocimiento de las habilidades personales para producir alternativas y tomar decisiones puede llevar a un cambio conductual.

Una de mis conclusiones es que ya que no podemos detener o evitar las conductas sexuales entre los jóvenes al menos podemos informarles y orientarlos para cuidarse y que su primera experiencia sea positiva, con base en una decisión planeada, en el momento y con la persona que ellos o ellas elijan. Me gustaría leer tu opinión en los comentarios de abajo.

César Mendoza Rosales

Psicólogo clínico egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, con especialidad en patrones de comportamiento autodestructivo.

Coordinador del Centro para la Investigación y Desarrollo de la Psicología Constructivista.

SECCIONES DEL PROGRAMA DE RADIO MIÉRCOLES D'MENTES

Escucha el programa completo Miércoles D’Mentes del 15 de Marzo con el tema “Mi primera vez: Sexo adolescente” dando clic en los siguientes enlaces.

Para escuchar los Podcast de nuestros colaboradores da clic en los siguientes enlaces:

Descarga el libro Embarazo Adolescente y Madres Jóvenes en México: una visión desde el Promajoven, publicado por la Secretaría de Educación Pública dando clic en el siguiente enlace

Descarga el Reporte Temático de la Tercera Encuesta Nacional de Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas de Educación Media Superior, publicado por la Subsecretaría de Educación Media Superior (SEMS) en 2014 dando clic en el siguiente enlace

DOCUMENTAL EDUCACIÓN SEXUAL

ESCUCHA NUESTRO PROGRAMA DE RADIO LOS MÍERCOLES A LAS 10 PM a través de la Estación Mapache WebRadio del SUAyED de la UNAM, puedes dar clic en el siguiente enlace:

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