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Primer amor adolescente, entre el miedo y el deseo

Actualizado: 22 abr 2022


Nuestro tema de hoy se centra en las relaciones amorosas, sentimentales que experimentan en el noviazgo los adolescentes. Es común que los jóvenes a partir de los 14 o 15 años comiencen a tener intentos de posibles noviazgos con amigos que son cercanos, o con quienes comparten tiempo en las redes sociales.

Cuando el adolescente se enfrenta a su primer relación amorosa, le teme y la desea al mismo tiempo. Lo primero ocurre debido a que no cuentan con experiencia propia de cómo tratar a otra persona como novio, por lo que su temor crece al no saber de qué manera actuar o qué decir, aunado con el temor de no arruinar su primer experiencia. Lo segundo ocurre debido a que cuando nos encontramos en esta etapa de la vida, los deseos de conocimiento y de experimentar diversas cosas aumenta de manera significativa, queremos saber de todo y probar de todo, nos invade la curiosidad y sentimos que podemos cargar con todo lo que venga con ello.

A partir de aquí voy a hablar sobre el primer noviazgo en la adolescencia desde dos puntos de vista: el primero es desde el punto de vista de los jóvenes que la experimentan, mientras que el segundo va enfocado a los padres y familiares del adolescente. ¿existe relación entre ambos grupos de personas? ¿de qué manera afectan unos a los otros? ¿cómo es que deben actuar ambas partes?

Es notorio darse cuenta que cuando un familiar, amigo cercano, vecino o conocido entra a la adolescencia, los cambios que vive son tanto físicos como psicológicos. La mayoría de los cambios físicos son los más fáciles de identificar porque los tenemos a la vista, incluso sin necesidad de acercarnos mucho o convivir con ellos, no obstante, aquellos cambios psicológicos que sufre el adolescente (ya sean sus ideologías, pensamientos, sentimientos, emociones todos como un conjunto psicológico) no son tan fáciles de notar si no es que convives con ellos. Dicho esto, cuando llega la adolescencia es común ver que la familia pasa a un segundo plano para el adolescente, trata de buscar y emparejarse con personas de misma edad que comparta ideas, pensamientos y gustos similares, en medio de todos estos cambios y elecciones, es donde aparecen o encuentran a su primer novio.

Durante este etapa se vuelve común la rebeldía, principalmente porque el joven quiere llevar a cabo las actividades que considera son mejores para él, siente la necesidad de apartarse emocionalmente de los padres y familiares para poder llevar las riendas de su vida, considera que la autoridad del hogar los detiene, los encarcela o los mantiene reprimidos. Después de que la rebeldía se vuelve más constante, comienzan los roces entre autoridad del hogar y el adolescente, las discusiones, debates y peleas cada vez son con más frecuencia, lo que lleva al adolescente a pensar que los padres, la familia, y toda aquella persona que se encuentra a su cargo que no esté de acuerdo con su conducta o que cuestiones sus actos, ya no sean personas en las cuales puedan confiar del todo.

Es aquí en donde las relaciones sociales del adolescente se forjan, en las amistades encuentra comprensión, apoyo, empatía, emociones y sentimiento que cree que se han perdido en la familia. Las citas y las relaciones con personas (que por lo regular son de su misma edad, aunque algunas veces se emparejan con mayores a ellos) se van incrementando, de estas relaciones obtienen diversión, así como también generan en su vida cierto estatus y éxito social dependiendo de la persona con la que salga, forma parte del proceso de socialización, también el adolescente aprende de relaciones íntimas, así como la oportunidad de establecer relaciones de pareja, es una manera de establecer relaciones de compañerismo y amistad, de la misma manera que contribuye a la formación y desarrollo de la identidad. Los jóvenes necesitan sentirse amados de manera más intima, más personal, no el amor y cariño que les proporciona los padres y los familiares, sino un cariño y un deseo que va ligado más a las necesidades sexuales.

A todo esto, hay que tener en cuenta que no siempre las relaciones que llevan los adolescentes se tratan de relaciones sanas, que le generen algún bien o una enseñanza positiva. Es cierto que en la juventud el primer amor no siempre va a ser el único amor, es el inicio de la vida amorosa en pareja, por lo que es común que una persona haya pasado por algunas relaciones amorosas antes de elegir a una pareja estable, con la cual se sienta decidido de querer compartir gran parte de su vida. Pero no por el hecho de decir que se está experimentando se va a poner de pretexto para estar con todas las personas que sea posible, porque eso también es incorrecto, tanto moralmente como social, de ser así, una persona que no se da el tiempo para conocer y vivir su relación de pareja no aprenderá a distinguir lo que en realidad quiere en esa cuestión, esto puede alterar su percepción de lo positivo y también de lo negativo de la vida en pareja, y bueno, por otra parte este tipo de actos nos dan cierta reputación (por lo regular negativa) ante la sociedad, pueden llegar a ser señalados, excluidos o agredidos de diversas formas.

En repetidas ocasiones el noviazgo se construye sobre bases equivocadas que disfrazan una relación sana, pueden ser por los siguientes factores: la admiración hacia otra persona no es amor precisamente, se idealizan algunas cualidades que no son verdaderas; por compasión cuando algunas personas con problemas de inseguridad se sienten seguras protegiendo a otros; por culpa, cuando hacen o dicen cosas que afectan significativamente; por considerar que puede cambiar a otra persona si mantiene una relación; por pensar que no se les va a presentar otra oportunidad de conseguir una pareja; también el miedo a estar solo es un factor que influye mucho; sentir atracción solo de tipo física con fines sexuales; sentir que la pareja los va a salvar de su situación actual (se presenta mucho cuando los jóvenes ya no quieren estar en casa, entonces se van con el novio); por diversión o como un pasatiempo, pero no se toma en serio los sentimientos de ellos mismos como los de la pareja; o por interés económico o de conveniencia social. Todos estos factores que se acaban de mencionar conducen a mantener una relación de pareja que no terminará de manera satisfactoria para ambas partes.

El punto de vista de los padres es distinto al de los menores, pero no por ello se aparta del punto común, el cuál es el acercamiento o la relación que se desarrolla de manera más personal o intima. Como padres quieren que los adolescentes tomen las decisiones y acciones que ellos creen son las mejores, no obstante, este pensamiento puede caer tanto en lo verdadero como en lo falso. Lo cierto es que como personas mayores ya se han experimentado este tipo de situaciones, y tal vez algunas otras más, por lo que la experiencia ayuda mucho a decir, orientar y platicar con ellos sobre todo lo que puede implicar una relación amorosa. Pero, por otro lado, no dejemos pasar el hecho de que nadie experimenta en cabeza ajena, esto quiere decir que por más que se esfuerce por explicar cómo se siente tener una pareja, no lograremos que se comprenda al cien por ciento lo que sentimos, lo expresamos y lo razonamos, pero no lo sentimos, así que el deseo de tener esa experiencia va a ganar. Como tutores también existen temores e incertidumbres sobre las parejas de los adolescentes, como: ¿se tratan con respeto?, ¿toman sus precauciones?, ¿se encontrarán bien informados sobre los riesgos e implicaciones de una pareja?, ¿en verdad se quieren?, ¿lo está haciendo cambiar?, ¿están juntos por voluntad o hay alguna otra razón por la cual se emparejen?, y este tipo de dudas siguen y siguen. Las relaciones de pareja en los jóvenes también afectan su vida familiar, en primer lugar, se va querer apartar de la familia por estar con su pareja, el cambio de ideas y conductas, entre ellas está la rebeldía, se centra en la otra persona y puede descuidar otros aspectos de su vida como la escuela. La clave no está en empezar a prohibir, la clave es mantener un ambiente recíproco, es decir, si el joven quiere tener pareja entonces también tiene que atender tareas en todos sus ambientes, familiar y escolar principalmente. De esta manera la familia da algo a cambio, en este caso es la aceptación de la relación, que es lo que el joven recibe por atender a las reglas del hogar.

En todo caso, es mejor no subestimar las relaciones de los adolescentes y acompañarlos de la mejor manera posible, siempre tratando de entenderlos y demostrándoles que pueden confiar en sus padres y familia, que pueden contar con ellos. Algunas sugerencias para los padres son: deben aprender a identificar el lenguaje de los adolescentes, la manera en la que hablan y su significado; demostrarles que pueden confiar en ustedes para contarles lo que sea, esto es importante que se lleve desde la infancia ya que la confianza no se forja de un día a otro; cuando el adolescente le cuente que tiene una relación de noviazgo no actuar de manera defensiva, interrogando todo sobre la pareja y su relación, por lo menos no hacerlo a la fuerza, sino darles el espacio para que ellos se vayan desenvolviendo, siempre ponerse como escucha sin cuestionarlos, no cuestionar la relación de manera intensa porque lo que produce es que se aparten y provoca que se cierre al dialogo; hacerles ver que su relación tiene que ser algo positivo, como una expresión de amor, de cariño y no como una tragedia, no oponerse, pero acompañarlos de cerca. Esto es, deben estar atentos a cómo influye en su vida cotidiana.

No olvidar que los primeros noviazgos suelen estar llenos de felicidad, pero también de mucho sufrimiento, inseguridades y miedos, ya que se trata de los primeros aprendizajes de las relaciones, y de ellos depende la manera en la que el adolescente afrontará esta situación en su vida adulta.

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