Aplican el “yo tengo otros datos” para falsear las estadísticas de suicidio
- César Mendoza Rosales
- 21 jun 2019
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 22 abr 2022
Hace unos días fui invitado a participar como expositor en el Foro “La Interseccionalidad en la Prevención del Suicidio” organizado por la Dirección de Salud Municipal de Morelia donde, entre otros detalles, afirmé que la gran mayoría de quienes se suicidan son hombres, tomando como referencia las estadísticas nacionales (INEGI, 2018) y mundiales (OMS, 2018), que por lo tanto consideraba que este problema de salud pública debía ser atendido con una perspectiva de género: sobre los motivos, problemáticas y circunstancias de los hombres, con base en lo masculino pues (como dije soy de Morelia, ¿sí di?).

En mi mesa de diálogo además estaban miembros de algunas organizaciones civiles. La representante de una de ellas, colega psicóloga, objetó mi afirmación al más puro estilo de “pues yo tengo otros datos”, que ha popularizado nuestro flamante presidente, mencionando que de acuerdo con datos de su propia asociación (spoiler: feminista), son las mujeres quienes más recurren al suicidio como alternativa de muerte, por lo tanto, debía atenderse con un enfoque en las mujeres. ¿De dónde habrá sacado estos datos que contradicen las estadísticas nacionales e internacionales? Me pregunté de inmediato.
No hubo oportunidad de aclarar este tema en el foro, en parte debido a la intervención y consumo de tiempo de un miembro de otra asociación quien trató de convencernos, inútilmente al menos en mi caso, de que lo que hacía falta en nuestras vidas y en la de los jóvenes con riesgo suicida, era Dios (cuál de todos los dioses, disculpe, podría ser más específico en señalar el dios de cuál religión será el más efectivo, digo, para no andar perdiendo el tiempo rezándole a algún dios segundón que más que ayudar va a provocar más fatalidades. De hecho, ¿será que quizás ya lo estamos haciendo?) Silencio incómodo después de su intervención…
Bueno, creencias religiosas aparte, consideré pertinente dar el beneficio de la duda (a la colega psicóloga, no al de inspiración religiosa) y averiguar si en realidad las estadísticas que compartí eran correctas. Quizás la colega se estaba refiriendo a estadísticas locales en nuestro Estado o incluso a nivel municipal, ve tú a saber.
Así que consulté con la Fiscalía General del Estado de Michoacán los casos de suicidio del primer cuatrimestre del año, los datos que me proporcionaron son los siguientes.
Suicidio en el Estado de Michoacán 2019
El volumen de suicidios varía entre los municipios, en el primer cuatrimestre del año los municipios que tuvieron mayor cantidad de suicidios fueron: Morelia (28 casos), Uruapan (8 casos), Zamora (7 casos), La Piedad y Zitácuaro (6 casos cada uno), Lázaro Cárdenas y Apatzingán (5 casos cada uno), y Pátzcuaro (4 casos). Otros municipios donde ocurrió uno, dos o tres suicidios se muestran en el mapa a continuación.

De enero a abril del 2019, ocurrieron 122 suicidios en nuestra Entidad, el 78% lo llevaron a cabo hombres, lo que significa que ocurrieron casi cuatro suicidios de hombres por cada suicidio de mujer, coincidiendo con las estadísticas nacionales.


Esta sobremortalidad masculina está presente en casi todos los grupos de edad. El análisis de los datos, nos permite observar que tiene un claro inicio en el periodo de los 15 a los 19 años, alcanzando el punto más alto entre los 30 a 34 años, a partir del cual disminuye en los siguientes periodos pero vuelve a repuntar a partir de los 60 años.

En el caso de las mujeres, el riesgo de suicidio comienza a una edad más temprana, en el periodo de los 10 a 14 años, único en el que no hay presencia de este fenómeno en el caso de los hombres.

Indistintamente entre hombres y mujeres el método más recurrente con el 83% en promedio es el ahorcamiento, seguido del disparo con arma de fuego (10% en hombres, 7% en mujeres), envenenamiento (5% en hombres, 15% en mujeres) y heridas por arma blanca (1% con el único caso de un hombre). La tendencia de porcentajes de la Entidad, es muy similar a lo que se presenta a nivel nacional y que nos comparte el INEGI en su último reporte del año 2018.

Aclaro, la intención no es simplemente legitimar quién de los dos sexos se suicida más, porque ¿de qué serviría vanagloriarse de esto? Sino que, el conocer y analizar estos datos nos permitiría diseñar programas de intervención con mucha más probabilidad de ser efectivos, pues estarían dirigidos al género y grupos de edad con mayor riesgo (Ver Proyecto Apolo para la Salud Integral del Hombre).
Habiendo resuelto la duda fundamental con la que se dio inicio a este tema, ahora si cabe preguntar ¿Qué sucede con los hombres? ¿Cuáles son las posibles causas o factores que inciden para que tomen esta decisión los varones más jóvenes? Respuestas, sobran; depende de quién investigue, sobre qué investigue, a quién y qué pregunte.
Por ejemplo, se ha dicho que aunque el suicidio puede tener una causa multifactorial, entre ellas pueden influir factores biológicos como la presencia de testosterona que es la hormona masculina que incrementa la agresividad y la impulsividad; y por otro lado los factores socioculturales, ya que a los hombres se les enseña que deben resolver sus problemas por sus propios medios sin pedir ayuda, que tampoco se les enseña a expresar adecuadamente sus sentimientos y además, eligen para el suicidio métodos más mortales o efectivos. Pero ¿cómo saberlo con certeza?
Yo creo que nos podemos acercar a la verdad, preguntando directamente a los jóvenes que se encuentran en el grupo de edad desde donde comienza el riesgo, pues son quienes de manera más cercana a su propia realidad nos pueden decir cuáles con sus problemas y sus preocupaciones.
Pues ¿qué creen? que en el año 2016 llevé a cabo un sondeo con 269 jóvenes michoacanos de 14 a 19 años de edad, estudiantes de nivel bachillerato, con quienes seguí una metodología para el uso de redes semánticas naturales que me permitiera en un primer momento identificar las cogniciones, emociones y conductas relacionadas al suicidio, para después, mediante un proceso reconstructivo de la información surgida desde su memoria colectiva, generar el concepto del suicidio desde su propia perspectiva, no de la mía ni de autores que hace veinte, cincuenta o cien años han escrito sobre el tema y que tautológicamente se han transmitido sus conceptos de una generación a otra.
¿Qué nos dicen los jóvenes con relación al suicidio? Un análisis completo requerirá un artículo aparte, por el momento sólo destacaré lo que, entre otras cosas, a los varones michoacanos les preocupa en su joven vida: los problemas escolares y en su familia, más que obvio; la falta de amor propio, ¿baja autoestima, dices?; y el maltrato físico o psicológico que reciben de otras personas, ¿qué nos dirá esto de las autolesiones? ¿Qué relación tendrá esto con la violencia de género hacia los hombres?
Me encantaría leer sus opiniones al respecto.
