La ballena. Una fábula para adultos acerca de la culpa
- César Mendoza Rosales
- 23 mar 2023
- 4 Min. de lectura

- ¿Quién es ese señor papá?
- Él es la ballena.
- Es una película de personas, creí que iba a ser una caricatura.
A ti, niño, que estabas sentado detrás de mi butaca cuando fui al cine a ver La Ballena (2022), a quien seguramente no le explicaron de qué trataba y que mostró su descontento saliendo cada cinco minutos al baño, tirando las palomitas, lloriqueando porque ya se quería ir, te escribo lo siguiente no para que lo leas ahorita, sino para tu yo de dentro cinco o seis años para quien seguramente le podrán resultar más significativas mis palabras.
Estás muy pequeño para comprender del todo el relato que escribió Samuel D. Hunter, la narrativa en la dirección de Darren Aronofsky y la maravillosa interpretación del personaje de Charlie -la ballena- por parte de Brendan Fraser.
Lo que veías simplemente como la historia de un hombre obeso, blanco, masturbándose con pornografía gay terminó siendo algo que yo llamaría una hermosa y muy realista fábula para adultos.
En las fábulas para niños que seguramente conoces las moralejas son fáciles de comprender, por otro lado, las fábulas para adultos requieren que hagamos un mayor esfuerzo para interpretar todas las capas de la historia y de los personajes. En este sentido, la obesidad es apenas la capa más superficial, un tema en el que se entretienen aquellos que “se ofenden por todo”.
Es conforme avanza la trama, escena tras escena, diálogo tras diálogo que vamos descubriendo las capas más profundas que se pueden conocer con la ayuda de los personajes. Es entonces cuando en algún punto nos damos cuenta que en este drama no vamos a encontrar personas felices, porque en el fondo descubrimos que cada uno trae cargando el dolor y la soledad por la pérdida o el abandono de un ser querido.
Charlie por su parte perdió a su pareja, quien a la vez era hermano de Liz; Ellie, la hija y Mary la esposa, fueron abandonadas por Charlie; mientras que Thomas perdió la confianza de su familia y de su congregación. El dolor emocional por estas pérdidas afecta a todos en su estado de ánimo con una sensación insoportable y cada uno busca cómo aliviarlo, frecuentemente de forma obsesiva: Charlie con la comida, Ellie con el cinismo y la manipulación, Liz con el desprecio, Mary con el alcohol y Thomas con la religión.

En Charlie se concatenan las historias de los demás y en quien se identifica la emoción que es el punto medular de la trama, la culpa. Constantemente se está disculpando diciendo “lo siento” “lo siento” pero ¿de qué se disculpa?, ¿ante la religión por ser homosexual al ser considerado esto pecado?, ¿ante su hija por haberla abandonado?, ¿ante su amiga por causarle tantas molestias o por no haber evitado la muerte de su hermano?, ¿ante su esposa por haberle mentido y desplazarla por un hombre?, ¿ante las discusiones y el descontento entre ellos?
Muy probablemente se sienta culpable por todo, de ahí el gran peso de la culpa que se instaura en su mente como una gran carga y que solo podemos dimensionarlo por el tamaño de su cuerpo. Así es, el tamaño de su cuerpo es una representación visual del tamaño de su culpa y como ésta lo ha debilitado a tal punto que tanto a nivel físico como mental y emocional le dificulta moverse, desplazarse, avanzar.
Acompañando a la culpa aparecen el enojo, la frustración y la decepción por no ser suficiente (¿padre, esposo, amigo, hombre?), que al restarle a su valor propio le inducen al abandono de sí mismo haciéndole creer que ya no vale la pena cuidarse, así es como se abandona una y otra vez. Tal como en la realidad de la historia hace su hija cada vez que se enoja y cuando la gran carga físico emocional no le permite moverse para impedir que se vaya y convencerla que se quede con él, para que le elija, para sentir que importa, para creer que no es un mal padre.

La hija, en su propia experiencia, tiene razón cuando le dice que aunque no sea obeso aun así sería un asco de persona, esto es porque se ha abandonado, porque ha dejado de quererse y de cuidarse, porque no está siendo un ejemplo de afrontamiento ante los problemas y por eso lo desprecia. Una muestra más de que la obesidad no es el tema central de la historia, solo el medio para explorar los conflictos emocionales de fondo en las conductas autodestructivas. Igual hubiera dado que se representara con una persona con alcoholismo o adicción a sustancias.
En su pesar Charlie decide, sí, es una elección personal, el aislarse del mundo refugiándose en un pequeño espacio con lo indispensable, por donde apenas puede caminar y dependiendo de otros para sobrevivir. Lo sabe y se odia por eso, tanto se odia y se desprecia que surge el deseo de matar, sí, de matar a la ballena, es decir, de matar esa parte de sí mismo que tanto le pesa. Esa ballena grande y pesada en la que se ha convertido y que solo piensa en matar porque es lo que cree que merece como castigo, para sentir un poco de alivio y redimirse. Y que con sus decisiones y en su responsabilidad no solo lo está haciendo metafóricamente sino que en la realidad lo está logrando de a poco.
Mira chico, en la vida en ocasiones puede ser que llegues a sentirte como Charlie, grande y pesado por traer una gran carga emocional a cuestas, o débil y con dificultad para avanzar, pero te recuerdo lo que dije antes, La ballena es una fábula para adultos donde se muestra cómo las personas afrontan a su manera el abandono, la pérdida, la culpa, el dolor y la soledad, pero algo tiene para mostrarnos como aprendizaje. Y es precisamente hasta el final de la película, apenas en los últimos minutos, cuando comprendemos la metáfora, la enseñanza que se desprende de la historia que tiene que ver con prevenir conductas autodestructivas a través del perdón y la comprensión, de la reconciliación y la paciencia, pero algo más que no te dicen es que también se logra principalmente a través del autocuidado como expresión del amor propio.
No he visto la película; sin embargo, con todo lo que describes me es suficiente para poder pensar sobre el dolor de una persona que se ha abandonado tanto, además creo tiene mucha relación con las 5 heridas de la infancia de Lise Bourbeau, comenzando con que una herida generada en la infancia la traemos arrastrando a la edad adulta, en cual ahora nosotros somos generadores de ella. Aunado a lo anterior, también coincide en que la mascara de la herida de abandono es la dependencia y como mencionas... "Igual hubiera dado que se representara con una persona con alcoholismo o adicción a sustancias" hay temas de fondo y por ultimo la emoción presente en una persona "abandonada/dependiente", es l…